23/11/11

Premonición

Los latidos de mi corazón palpitan al ritmo del viento de verano,
aunque las lluvias han cesado, el frío aún permanece
En el descampado del bosque, las hojas se baten en duelos
y el viento lleva mis latidos al confín de esta selva.

Va triste, débil y sedienta.

Vuela sobre ríos que llevan las piedras más pequeñas,
las más cansadas
Despierto cuando el cielo va abriéndose al mundo,
entre celestes y nubes blancas resentidas
Pero mis latidos aún no han vuelto y no puedo respirar.
Cierro los ojos para llamarlos a través de la brisa que viene profunda
y del vaivén de los árboles que frescos se apresuran para darte su aliento.

El palpitar de mi corazón no ha vuelto
y navega entre los peces moribundos
y las flores que marchitas se escurren por ahí.