23/10/07

Deseo



Humo es lo único que acompaña la noche
restos, pedazos de sensaciones
a la espera de amables carroñeros
Y el deseo vuelve a la mente, atormentado deseo
Deseo tus pupilas cerrándose a la luz
y tus líneas curvadas, sin trazos.
Quiero abrirme paso entre la niebla, gris al rato blanca
al tiempo que el deseo se vuelve mortal.
Deseo verte danzante, en la cúpula de tus suéños
donde se entrecruzan mis sueños sobre ti
Quiero saberte renaciente
de huesos y carnes perfectas,
deseo beber tu sangre, de tus dedos
y deseo beber tus deseos
mientras el humo de tu cuerpo se expande
y tus vellos flamean arítmicos
deseo sublime acudir hacia ti
explorar tus sales, dame los besos que rezagas
quiero verte fundido en mis manos
deseo tocarte ciertamente
olvido tus recuerdos y me invaden los deseos
cobarde y cambiante, animal herrante
extrae sutilezas de mis ojos
adentrame a tus mares, deseo
deseo, ganas deseo
mirarte una vez más, dormir viviente.

OASIS - Lord Don't Slow Me Down

http://es.youtube.com/watch?v=N7NTRPKfUtw

13/10/07

circunvoluciones





Mira!! ese brother tiene cara de tomate.
Pero mi campo visual se hacía de cuadritos, como si fueran pantallitas de tv: se iban apagando de una en una, al tiempo que un ligero calor estremecedor se dirigía hacia mi cabeza. Ya no vi más.

-Puta, estás pálida flaca!!!

-Se te bajó la presión, puta los wiros...

-No veo, no veo, veo todo negro, no te veo!

-Te estás pasavuelteando, vamo pa darte café o coca cola.

-Putamare!! siento mi corazón latir fuerte. Me voy a morir!

Los latidos de mi corazón y su resonancia se hacían sentir imponentes en mi cuerpo, no daban lugar a otras sensaciones. Solo el palpitar que convertía a todo mi cuerpo en una membrana de mi corazón, pum, pum, pum...se iba y venía. Dilatación, contracción.
A ciegas, cogía fuertemente la mano de alguien, parecía la más cercana conexión con la realidad que me abandonaba entre tanta locura de intoxicación. Así también, a ciegas, empecé a inclinarme hasta llegar a recostarme en las piernas de alguien más que pasaba su mano por mi pelo.
No lograba abrir los ojos, ni moverme, un sentimiento de impotencia que en el momento no se veía como tal, pero escuchaba que hablaban alrededor muchas voces familiares. Risas.
Pensaba puerilmente (y luego entendí que es parte del proceso) que no volvería a fumar marihuana jamás. Pues, aquella sensación que aún mantenía en el cuerpo, de estar metida en un espiral que no te traga ni puedes escapar, y las revoluciones aumentan en tu cerebro, es una inminente caída hacia tu propia muerte (sensación que es parte del proceso también).
En un instante reconocí cierta tranquilidad en mi piel, la respiración ya volvió a aparecer y mi papel de membrana coronaria fugó. Los latidos se habían sumergido nuevamente a su corazón.
Sentí calor. Entonces caí en cuenta de que estaba echada en una banca frente a la cafetería y a un grupo de gente, sobre las piernas de alguien. Sonreí. Era el pensamiento real y la vergüenza retornando a mi conciencia, y yo tomando conciencia de que aquel momento vivido era un evento de ocurrencia en otra dimensión, cerca, tan cerca que casi parece de este mundo, pero no puede pertenecerle. Abrí los ojos. Fresca. Como si lo que hubiera hecho era dormir una siesta de un par de horas, que en tiempo real sucedió en cinco hondos minutos.

-Que hay?? - pregunté. Lanzé una sonora carcajada.
Me pasavuelteé carajo, la cagada! Fue el escansito que me dio el loco, y solo fumé medio wirito.

-Que pasó flaca? La gente se asustó. Risas (de todos).

-Asu!! sentía que estaba muriéndome. Ni más lanzo.

Carcajadas, risas sarcásticas.

-Habla! Quieres fumar? jajajaja.

-Sí.




4/10/07

Los rastros del viejo Pancho.



a beneficio y recuerdo de tus 80 años Panchito.

De esos rostros andinos, con las arrugas sin sensibilidad ni vergüenzas, gruesas y resecas. De esas manos chancadas, marchitas, hartas de mugre, golpes y necedades, llenas de escamas apenas perceptibles. De esos ojos amarillentos, casi cubiertos por una lámina opaca, no son atendidos. Me recuerdan a los ojos de su perra fiel, parada frente a sus pies, cayéndosele las pulgas, rascándose ella misma la panza con los rastros del viejo........ De esos que son capaces de cumplir todos los años en una noche, soplando las velas cual ventarrones de su selva añorada. Cómo causa las gracias reconocer los desvaríos o la felicidad en la dimensión de aquel pancho.
Apenas me entra cierta curiosidad por saber qué deseo puede tener esa cabeza extenuada de dulzuras, pero más por la paciencia que te dibujan los años que por las dichas de la vida.
De esos pies, con nueva forma por los cayos que se han criado, y que a duras penas podrán salir cuando muera. De esos pelos, vellos, que se asoman por la nariz. Si pudiesen contar de aquella historia que oía medio a solas por las noches en mi dormitorio de infancia. Aquella historia de un diablo que el pancho disparó: cuando iba por las carreteras de la Aguaytia y la ventisca como en el día de la crucifixión de Jesucristo, un animal, más parecido a un chancho ladeaba la trocha. Él, escopeta en mano, la apoyo sobre su hombro y apuntó. Disparó. Este animal, elevando sus manos, tenía las palmas como Frankenstein, uñas largas y lineas muy marcadas. Así lo cuenta este viejo, y si alguna vez olvida algún detalle, debo decir que lo sabré como si me lo estuviera diciendo en el momento. De esa risa, como espantando maldades. A veces con sabor a desesperanza, buscando fingir, buscando caer bien, añorando su tierra. Hay viejo! querido Pancho, diría que eres un caso clínico si no fueras mi padre y conociera tus palabras tan diferentes en la realidad de los otros. De esas dimensiones bruscas, rústicas, sin entendimiento de lo moderno, lo prolijo irónicamente perfecto en tu ser de maderas. Obviamente recuerdo los improvisados talleres de carpintería en nuestra casa. Elévate pues! si todo lo puedes tú, después de que el chancho ese, se transformara en lagarto y rodó, rodaba montaña abajo. O no recuerdas que corriste también porque era como el fin del mundo, pero tan valiente caray! Pancho, bajaste y encontraste en medio de las hojas remojadas de tanta lluvia ucayalina, un hueso maloliente. Dime de esas extravagantes formas de reparar lo cotidiano para verlo útil. Si no fueras mi padre, serías tal vez Pancho Sangama.
Veo por ocasiones el camión (aún lo considero nuestro) aunque no pueda recordar ya ni el color. Cuéntame pues, sobre cómo envolviste el hueso en una hoja casi por romperse, pero mágicamente inmensa y la embolsillaste. Recuerda la risa del venado luego de que el hueso del diablo se perdiera, precisamente porque él, el mismo diablo(tú) la recogiera por su bien, dejándote la saladera en la caza. Entonces hasta los añujes y ronsocos se burlaban de ti.
De esas peinadas que todavía resiente mi cabeza y recuerda haber sido atada con alambre delgado. Sobretodo de ti, de los ochenta que llevas calzado, de los ocho sin madre, de los catorce sin tías y de tus hermanos repartidos, mi buen pero receloso Pancho.

3/10/07

Inservible!

Inservible!
frente a mis ojos, irreverente.
no haces más que engañar
que corromper aquello que ofrezco
ante tu mirada, ante tus manos

Ridículo!
no quieres aceptar,
por cobarde, por tímido
y mis ganas explotan al pensarte
sutilmente, entonces, te deseo
Inmoral!

quiero beberlo

Quiero beberlo todo
de tu boca
y sutilmente en un abrazo,
amarte,
quiero quedarme en cautiverio
entre tus ojos.

Las extraño.



He perdido mi noche,
sin saber en qué momento la tenía,
horas a oscuras, entre estragos de una vida sin reposo
Adolorida he parido recuerdos inventados
creyendo alcanzar claridad.
Humeantes destellos indecorosos, se asoman
atrapan mi debilidad, marchante en sus montañas
resecas y cuarteadas las pieles sobre el regazo aquel
que infectado
lastimado va formando costras de resentimiento.
No arqueo los ojos ante tus cabellos,
ni resigno mi mirada cuando caes.

El alma se me fue

Me siento irreal, me siento sin ti.
ajena a mi voluntad
eres la base de mi alma,
y ahora que no hay nada tuyo
me he quedado sin ella.
Cómo sentimos los seres sin alma?
Todo se nos impone,
todo se impregna y se traduce en dolor mi amor,
amor que ya no tiene sentido
y sin embargo
me he acostumbrado a nombrarte así.

Estoy desintegrada.
Cuándo se encontrarán mis partes
que salieron disparadas
en aquella batalla,
en la que mi alma y yo,
no pudimos sostenernos,
y cada uno cayó en lados opuestos,
igual de sombríos.
Sin saber que cualquier esfuerzo no era en vano
Que brutos! que brutalidad la mía!
No saber cómo trasmitir a través del espacio
entre tú y yo
esa energía que no se acaba y que te ama
pero ahora, increíblemente herida
no importa si la sangre existe.
No veo nada.
No te veo.
No importa si lloramos juntos
o tú en otro mundo.
No hay más nada
Tus pedazos no se quieren acercar.
Yo no espero más
que seguir cayendo.