12/12/08

Nuevamente la dichosa navidad. Y cómo cada día, voy pensando sobre lo rápido que se desliza el tiempo y las necesidades que acarrea, los fastidios y la ansiedad por querer terminar algo, terminarlo todo y volver a empezar, terminar una vez más, encontrar algo novedoso y seguir. Estas ansias que no dan tregua y generalmente interrumpen. Siempre rodeada de visiones y sonidos que no siempre deseo, más no puedo controlarlos. No estoy demente, estoy en desacuerdo simplemente. La otra noche revisaba mis escritos en todos los cuadernos que maravillosamente perduran y que cambian de acuerdo a las estaciones en mí. Pensaba que era momento de recopilar organizadamente los que más placer o significado concentran para pensar en publicar algo así como lo que llaman un libro. Y sería un trabajo a largo plazo que estaría cumpliendo. Sin embargo, creo que carece de variedad, apesar de todas las situaciones muy diferentes y totalmente inesperadas en las que fueron escritas.
Ayer estaba convencida de que es el momento ideal, sin intención de considerarme escritora. Es pura distracción la que me lleva a transcribir las ideas, supongo que los escritores dan muestra de su sensibilidad y constancia en la dimensión de los intelectuales, aunque no soy así. Entonces será que por lo menos el interés lo tengo, y como leí hace un rato en un blog amigo: "sólo se escribe para informar a los posibles lectores que algo está por venir".


Me voy

Retrocedo porque te acercas
me muevo por que tu aliento viene saliendo
esquivo tus manos puntiagudas
se deslizan tus miradas.

Pienso en ti y en ti me acuesto
recuerdo tus veces y tu piel
cruda, castaña, débil y apenada
pienso en tí con ansias.

Miro, miro, admiro tu voz
vuelvo a las sábanas verdes
vuelo con tus alas
en lo lejano aún existes.

Me acerco porque te vas
espío tu espalda
estás desnudo y todo radiante
estás vivo, estás feliz.

Giro, revuelvo mis pensamientos en ti
he desenpolvado mis resentimientos
sólo tú retornas, solo tú
me filtro como el agua para no lloverte más.